Las desigualdades entre hombres y mujeres dentro del mundo laboral sigue siendo, a día de hoy, una realidad. Esta brecha injustificada viene marcada por una deficiencia histórica de oportunidades para las mujeres, que ha fortalecido el techo de cristal y creado una difícil situación de independencia económica para la mujer, quedando relegada a oficios y carreras designados, históricamente, para ellas.
Cuando hablamos de logística y mujer, las cifras de desigualdad en cuanto a representación masculina y femenina, se disparan. Solo un 22% de trabajadoras son de sexo femenino dentro del mundo de la logística, frente a un 78% de puestos ocupados por hombres. La pregunta que deberíamos hacernos es ¿Por qué esta diferencia?
Las dificultades de la mujer en el mundo de la logística
Nos encontramos con una deuda histórica hacia la mujer en cualquier campo o sector. Los oficios y carreras que daban mayores oportunidades para formar parte del espacio público fueron concedidos a los hombres, mientras que las mujeres, hasta hace apenas unas décadas, quedaron relegadas al espacio privado.
Esto se produce por la mala concepción de las características que, injustificadamente, se le concedieron, y se siguen concediendo, a cada uno de los dos géneros, al mismo tiempo que se toma la fuerza física como motor indispensable para avanzar y lograr puestos de mayor liderazgo. En el mundo de la logística, la fuerza como habilidad indispensable fue una creencia que llevó a las mujeres a encontrarse al margen de este sector.
Por otra parte, las carreras de logística han sido masculinizadas, provocando que las mujeres se sintieran incapaces de hacerse un hueco entre un mundo dominado, mayormente, por hombres. La creencia de que los hombres poseen una capacidad innata de razonamiento y liderazgo, frente a la sensibilidad que se atribuye a la mujer, fueron también motivos de discriminación para que la feminización de este tipo de sectores se complicase.
La mujer en la logística: una solución hacia la igualdad
A pesar de todos aquellos prejuicios, que crearon una desigualdad notoria entre sexos, la realidad es que a día de hoy, la posibilidad de contar con tecnologías avanzadas en el mundo de la logística crea oportunidades para ambos sexos. La fuerza física, que nunca debió ser requisito para alcanzar puestos de importancia, queda a un lado gracias a que puede ser sustituida por maquinaria de última tecnología.
Por otra parte, se ha demostrado que el paradigma mujer y logística es un acierto, pues la presencia femenina en los campos de organización de empresas y distribución fomenta la competitividad, la productividad y la responsabilidad social de las empresas.
La mujer, que ha tenido mayor presencia en trabajos trabajos relacionados con los servicios y las tareas administrativas, como atención al cliente o gestión de operaciones, puede ver resuelta su falta de oportunidad y mayor remuneración con su participación en todos los campos del sector de la logística.
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