La planificación de la demanda aporta una serie de beneficios clave. Al tenerla en cuenta, los operadores logísticos mejoran su gestión de almacenes. Además, consiguen un mejor desempeño y entregas más ágiles. ¿Qué cinco ventajas destacan? Se mencionan en detalle a continuación.
1. Aumento de la satisfacción del cliente
Cuando se planifica, es posible optimizar el stock disponible y expedirlo cuando sea necesario. Se evita que el stock sea demasiado o que falte mercancía. Por tanto, la satisfacción del cliente aumentará, pues se le dará lo que requiere en poco tiempo. Los tiempos de espera se reducen, así como los posibles fallos en la gestión del pedido. Esto es posible porque se actúa con anticipación y de una manera ordenada.
La falta de planificación conduce al desorden y a las prisas. Sin planificación, se tenderá a actuar por corazonadas o la intuición, lo que llevará a unos resultados mediocres. Quizás se piense que la demanda está a la baja cuando, en realidad, se encuentra en crecimiento. Si se actúa de este modo, solo se encadenarán fracasos.
2. Control y gestión de stock de reserva
Disponer de una reserva aumenta la seguridad. Sin embargo, ¿Cuál es la cantidad adecuada? Esta pregunta solo se puede responder a través de una correcta planificación. La demanda del mercado suele comportarse de una manera cíclica. Habrá momentos del año en los que crezca y otros donde disminuirá. Por ejemplo, la Navidad incrementará la demanda.
También controlar el stock de reserva simplifica la entrega de nuevos productos o mejora la gestión de una promoción. En estos casos, la demanda puede aumentar considerablemente. Es recomendable anticiparse y contar con un stock de reserva que permita atender todos los pedidos.
3. Optimización del espacio mediante la gestión de almacenes
La gestión de almacenes requiere de planificación, ya que el espacio siempre va a ser limitado. Este factor no se debe olvidar y justifica una constante optimización. Cuando se organiza la mercancía, es posible aprovechar el máximo la capacidad de almacenamiento. Con la planificación, se consigue prever, de una manera aproximada, cuánta mercancía se necesitará en un momento determinado.
Tras desarrollar el plan, se tendrá solo el stock imprescindible, lo que mejorará el uso del espacio. No habrá más mercancía de la que resulte necesaria más una reserva.
4. Reducción de los costes
Con toda la planificación, se racionalizan y reducen los costes. No habrá más mercancía de la requerida, lo que disminuye el uso de personal. Tampoco habrá que cambiar los turnos con frecuencia o incorporar maquinaria nueva para afrontar un stock desmesurado. Como consecuencia, los presupuestos ganan en precisión.
5. Producción más organizada
Cuando se ha estimado la demanda, se pueden prever las necesidades de producción. Es decir, se simplifica la estimación de las materias primas y embalajes que se usarán. De este modo, no se darán excesos que encarezcan el resultado final.
La planificación de la demanda debe tomarse muy en cuenta. Gracias a ella, se consigue una mejor gestión de stock, lo que conduce a los beneficios descritos. Sin embargo, todo plan requiere de una flexibilidad suficiente para adaptarse a la incertidumbre.