Según los datos analizados por Jato Dynamics, cada año va en aumento el número de exportación e importación de coches eléctricos. En Europa, las matriculaciones han aumentado un 85 % en 2019, en comparación con 2018. Cada vez son más los países que subrayan papel del coche eléctrico en la reducción y control de las emisiones de CO2.
Pese a las múltiples ventajas que ofrecen estos vehículos y el intento por parte de las instituciones de convencernos de que son la movilidad del futuro, muchos siguen preocupados por su elevado coste de adquisición.
El transporte aéreo influye en el precio de los vehículos eléctricos
Sin duda, uno de los factores clave en el encarecimiento de los vehículos eléctricos son las baterías de litio. La escasez de materias primas como cobalto y litio, imprescindibles en su fabricación, ha supuesto un incremento de los precios de las mismas.
Pero existe otro factor importante en la subida de los precios de las baterías de litio y, por extensión, de los vehículos eléctricos: el sistema actual de transporte aéreo. Este tipo de transporte es muy práctico para las empresas de exportación e importación, puesto que ofrece una mayor agilidad y velocidad, necesarias ambas en productos de alto valor. Sin embargo, su coste es muy elevado.
Dificultades en las empresas de transporte de mercancías
A todo esto, debemos añadir la dificultad que tienen las empresas de transporte de mercancías para transportar baterías de litio. La normativa para el traslado aéreo de estas baterías es muy compleja y cambia constantemente, lo que hace necesario que las aerolíneas cuenten con personal muy formado. Este hecho influye de forma importante en el aumento del precio de un coche eléctrico.
En definitiva, es importante que las aerolíneas, en busca de una solución para la exportación e importación, mejoren la planificación de los envíos, lo que abaratará costes y, por ende, los vehículos eléctricos.
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