La logística en las islas siempre ha sido un desafío dentro del sector. Sus peculiaridades geográficas hacen que sean lugares de difícil acceso para las empresas de transporte de mercancías. Además, en muchas ocasiones estas islas tienen unos regímenes fiscales y económicos propios que dificultan el comercio.

Qué tiene de especial la logística insular

 

Un ejemplo claro en la logística española son las islas Canarias. Es una comunidad autónoma de pleno derecho, pero que cuenta con características especiales. Entre las peculiaridades de esta clase de logística destacan:
logística en las ismas

Tipos impositivos

Tanto para llevar como para sacar productos de cualquier isla es necesario pagar unos impuestos específicos. Por ejemplo, las exportaciones a Canarias están sujetas al IGIC (Impuesto General Indirecto Canario) y al AIEM.

 

Relaciones comerciales

En ocasiones es difícil establecer una relación comercial clara con los clientes. Esto se debe a que no se dispone de la información necesaria sobre el precio total del envío. Muchas veces las empresas hacen frente a los incrementos del coste por no generar gastos sorpresa a los consumidores.

 

Selección del transporte

La mejor opción son los envíos aéreos, pues son los más rápidos. Aunque también es la alternativa más cara de transporte, por lo que es descartada en la mayoría de ocasiones. La otra opción es el uso del transporte marítimo, mucho más barato, pero también más lento. Los barcos pueden tardar hasta cinco días en llegar al destino.

 

Devolución de productos

Cuando el cliente no queda satisfecho se encuentra con un proceso de devolución complicado. Esta situación hace que muchos consumidores descarten la compra en determinadas empresas.
 

En definitiva, la logística insular hace frente a costes añadidos, tanto por limitaciones del transporte como por despachos de aduanas. ¿Qué provoca esto? Que muchas empresas prescindan de las relaciones comerciales con estos lugares y que numerosos consumidores se vean afectados por ello.