La factura electrónica es simplemente un documento alternativo a la factura tradicional en papel. Se crea a través de herramientas informáticas y tiene exactamente la misma validez legal que una factura física. Es un fichero que puede crearse en distintos formatos y que puede enviarse a través de medios electrónicos. Tiene numerosas ventajas, pero carece de una gran implantación en las empresas de logística, a diferencia de otros sectores.
Ventajas y presencia en servicios logísticos
Las ventajas de la facturación por medios electrónicos son muy claras. La digitalización supone un enorme ahorro de dinero, al eliminar el papel y los envíos físicos. La factura se entrega al destinatario de forma inmediata cuando el medio es electrónico, por lo que no es necesario esperar a que llegue. Además, la seguridad que facilita y la optimización de los recursos organizativos que supone son indudables.
Es interesante destacar que existe una diferencia enorme en la implantación del uso de las facturas en formato electrónico entre sectores. Las empresas que tienen una actividad dedicada al sector servicios son las más adelantadas, como atestigua el dato de que un 55,92 % de sus facturas emitidas en 2018 fueron electrónicas. Las recibidas no se quedan atrás, con un 58,45 %.
Por el contrario, es extraña la escasa presencia de la facturación electrónica en las compañías de servicios logísticos. En primer lugar, lo es porque se trata de un sector en auge. Y dadas las ventajas de este sistema, en esta situación sería comprensible que se ampliara su implantación en las empresas de logística. En segundo lugar, es paradójico por el gran incremento de la actividad relacionada con el e-commerce.
Las relaciones con un sector eminentemente electrónico deberían implicar mayor uso de documentos también electrónicos. Las razones de su baja implantación parecen encontrarse en el perfil del cliente contratante, donde predominan las PYME, los particulares y las empresas extranjeras.
La factura electrónica es simplemente un documento alternativo a la factura tradicional en papel. Se crea a través de herramientas informáticas y tiene exactamente la misma validez legal que una factura física. Es un fichero que puede crearse en distintos formatos y que puede enviarse a través de medios electrónicos. Tiene numerosas ventajas, pero carece de una gran implantación en las empresas de logística, a diferencia de otros sectores.