El certificado ISO 9001, tantas veces visto por parte de las empresas, tiene mucha más importancia de la que pueda llegar a pensarse. De hecho, hace referencia a una certificación de calidad, por la que se acredita que la empresa cumple con una determinada normativa vigente. En concreto, se refiere a la elaboración o ejecución de un producto o servicio.
¿Qué es el certificado ISO 9001?
Se trata de una certificación que supone un distintivo de garantía y seguridad ante los clientes, así como otorga prestigio ante el mercado. Es más, casi todos los sellos ISO van seguidos de un número, que indica la calidad de un producto o servicio. Además, estas siglas, en ocasiones, van precedidas de las letras UNE EN, que sería Una Norma Española y una Norma Europea.
En concreto, dicha normativa pone de manifiesto los requisitos que debe cumplir un sistema de gestión en cuestiones de calidad. De este modo, puede aplicarse a empresas de todos los tipos y tamaños. Asimismo, cumple con tres finalidades:
- Mejora del funcionamiento interno de la propia compañía.
- Obtención de la certificación.
- Fines contractuales acordados con el cliente.
Beneficios de contar con esta certificación de calidad
Son varios los motivos que evidencian que contar con esta certificación sirve de gran ayuda para las empresas. Para comenzar, se destaca que la entidad cuenta con una buena organización interna, así como con una adecuada atención y un correcto servicio al cliente. Internamente, el sistema de gestión de calidad evidencia el establecimiento de las herramientas y los procedimientos necesarios para garantizar la calidad del producto.
Lo mismo ocurre con los servicios, así como con los servicios de evaluación y mejora continua. El segundo beneficio sería la consecución de contratos con grandes empresas, dado la confianza que genera la certificación. De hecho, estas compañías exigen un compromiso de calidad, el cual queda manifestado con el certificado ISO 9001, entre otros.
Junto a ello, las licitaciones con las Administraciones Públicas juegan otro papel importante. De hecho, dichos organismos, cada vez más, cuentan con empresas que les suministran productos o servicios. Por tanto, disponer de dicha certificación hará que aumenten las opciones de que salgan contratos públicos.
En relación, el Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14 de noviembre, cita algunos requisitos a cumplir por la empresa. Por ejemplo, debe haber una acreditación del cumplimiento de las normas de garantía de calidad, así como de gestión medioambiental. Es decir, contar con las certificaciones ISO 9001 e ISO 14001.
Finalmente, la seguridad y el prestigio de la marca son mayores, lo que repercute en más opciones de dar con futuros clientes. De este modo, gracias a estos certificados, la buena imagen se potencia, además del prestigio tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Esto hace que muchos proveedores y clientes vean a la empresa como una entidad en la que se puede confiar.
En resumen, gracias al certificado ISO 9001 se apuesta por la calidad y la seguridad, contribuyendo a una mejora de la imagen y del reconocimiento.