Una correcta gestión de los inventarios es clave en cualquier empresa, pero más si cabe en las de logística. De hecho, gracias a esta gestión se puede mantener un ritmo alto de ventas y minimizar los costes de distribución. Eso sí, para ello es conveniente mejorar la gestión del stock con los siguientes hábitos.
Previsión de la demanda
Para conseguir una gestión de inventario eficiente hay que tener en cuenta muchos aspectos, pero siempre hay que empezar por algo. En este sentido, es relevante que los comienzos se den con una previsión de la demanda. Esto, como es lógico, no es algo que se pueda prever de una manera exacta, pero sí ayuda a controlar los inventarios.
Para ello, es preciso tener en cuenta aspectos como la demanda que hubo en el pasado o las tendencias del sector. De este modo, podrá haber una anticipación a los pedidos para que los productos lleguen cuanto antes a los destinatarios.
Sistemas de seguimiento de los lotes
Hoy en día se trabaja con grandes lotes de productos, lo que hace más complicado su seguimiento uno por uno. Sin embargo, esto tiene una solución sencilla, ya que lo que habría que hacer es implementar un sistema de seguimiento. De este modo, el control sería mucho más exhaustivo, tanto con los productos que entran como con los que salen.
Categorización de la mercancía
Se trata de un aspecto crucial en todo lo que tiene que ver con la logística y gestión de inventarios. Bien es cierto que, gracias a la tecnología, esta categorización es más sencilla, algo que hay que aprovechar. Por ejemplo, los códigos de barras facilitan mucho el trabajo y todo queda después registrado en el ordenador.
Por ello, lo más efectivo es usar una categorización para tener localizados todos los productos de acuerdo con su grupo. Es decir, zapatillas de hombres y mujeres en calzado, o móviles y ordenadores en informática.
Monitorización constante del stock
Las propias herramientas tecnológicas permiten que el seguimiento en tiempo real de la mercancía sea algo más sencillo. Por ello, hay que aprovechar para saber siempre dónde están los productos, ya sea en el almacén o en reparto. Gracias a ello se tiene un mayor control, dado que se sabe cuándo un producto ha salido de las instalaciones y cuándo ha llegado al cliente.
Relaciones estrechas con los proveedores
Este aspecto resulta vital, dado que son las personas o las empresas a las que se les piden los productos. Por tanto, es esencial que la relación sea seria y profesional e incluso cercana, con un escrupuloso cumplimiento de los pagos. De hecho, si la relación con los proveedores es positiva, repercutirá en más carga de trabajo y en plazo para la empresa.
Con todo, la gestión de los inventarios no es algo que pueda hacerse únicamente con una acción, sino que hacen falta varias. Por esta razón, si se siguen estos preceptos, el control será mucho mejor y esto repercutirá en más beneficios para la empresa. Toca concienciar sobre estos hábitos.